Creemos que Jesucristo –en la carne- era Dios y hombre, que nació virginalmente y que vivió una vida sin pecado, durante la cual enseñó y realizó milagros, señales y prodigios revelados en los cuatro Evangelios. Creemos que Jesucristo fue crucificado y muerto por nuestros pecados y que al tercer día fue resucitado corporalmente de entre los muertos. Creemos que después Jesucristo ascendió a los cielos para sentarse a la diestra del Padre, donde es la cabeza de la Iglesia, y vive intercediendo por todos los que creen en Él. Creemos que Jesucristo ha de venir como lo prometió: con poder y en persona 2 para establecer en esta Tierra su reino milenial. (Juan 1:1, 14; Hebreos 4:15; Juan 20:30; 1 Corintios 15:3-4; Romanos 8:34; Apocalipsis 20:6)
Creemos que el Señor Jesucristo llevó a cabo, en su muerte, un sacrificio expiatorio, vicario y perfecto de pecado, redimiéndonos de la Ley y de su maldición, haciéndose Él mismo maldición por los creyentes. Creemos que cualquier ser humano puede ser salvado y justificado por la sangre de Jesucristo derramada en el Calvario. (Gálatas 3:10-14)
Creemos que el único mediador entre Dios y los hombres, para recibir la salvación eterna, es Jesucristo. (Hechos 4:12; 1 Timoteo 2:5)
Creemos que todos los que reciben a Cristo llegan a ser coherederos con Él y que, en su muerte, sus espíritus parten para estar con Cristo inmediatamente. (Efesios 3:6)
Creemos que, en el arrebatamiento, los cuerpos de los creyentes serán resucitados a semejanza del cuerpo glorificado de Jesucristo y vivirán eternamente con Él. (1 Tesalonicenses 4:13-18)